Llegamos a diciembre y nos espera un año
nuevo en muchos aspectos sociales y culturales.
Buen año he pasado con la LIJ y muchos
libros han quedado sin lectura todavía. Hemos tenido años de ediciones
fructíferas que se han socializado a manos de los niños gracias a la compra de
los adultos mediadores y de las políticas estatales. El Plan Nacional de
lectura ha hecho mucho para difundir autores y obras. Celebro esta acción
sistemática sostenida en el tiempo que ha provisto de norte a sur del país de
libros a las escuelas y de encuentros. En lo que al blog concierne, hice lo que
pude, con el cariño de siempre y las limitaciones de un emprendimiento virtual
de espacio restringido.
Creí necesario en esta última salida rescatar
algunos conceptos que tienen que ver específicamente con la lectura y el lector:
dos elementos necesarios e interdependientes. Y recordar además algunos de los argumentos
que comunican literatura y lectura. Un poco de teoría antes de cerrar este año,
viene bien pues nos permite recordar lo
que existe detrás de una escena lectora. Nada es casual, hay un relato que nos
revela cómo se llega a disfrutar de la literatura, esa que nos transforma y que
como afirma María Teresa Andruetto, nos cura
de palabras.
Estos son algunos tecnicismos, mi
intención es solamente ponerlos a disposición para dar fundamento a una tarea
que parece natural. Diría que leer es producto de experiencias propias, de
apropiaciones voluntarias y de encuentros saludables promovidos por los intermediarios.
Veamos y repasemos estos supuestos que han sido analizados y repetidos en
escritos y ponencias orales, lo que no asegura que, en la práctica, ellos se
hayan naturalizado en los chicos. No olvido
en ningún momento que cada una de estas afirmaciones no es radical, que juntas
constituyen aportes, interpretaciones de esa actividad tan habitual a la vez
que compleja que es leer: enseñar y apropiarse
de cada lectura o desecharla.
¿Repasamos? (comprenda el lector que lo
hago a modo de síntesis)
1) La lectura enlaza aportes del lector
y el texto al mismo tiempo en un lugar común.
2) No existe un significado “correcto”
ni único. Leer es un hacer, un acontecimiento que sucede.
3) La lectura es un proceso
interpretativo que excede la experiencia individual.
5) Los textos literarios encierran más
que significados, encierra la realidad.
8) Las lecturas más interesantes son las
contralecturas que se concretan a medida que el lector se va apropiando de los
textos, sin mediaciones. Son las consecuencias de lo que significa leer,
integrarse en un escrito.
9) El texto literario nunca está
completo, tiene indeterminaciones que cada lector llenará de manera diferente
Las interpretaciones son únicas, a veces se socializan, se comparten, se
discuten, aun así siguen siendo personales.
10) Finalmente: las diferencias
individuales o grupales que se perciben provienen de nuestros “repertorios”.
Leer
es más que comprender, disfrutar es más que entretenerse y el placer es una consecuencia
y un anhelo.
Leer es una trama interna inagotable
cuando se desata y progresiva. Para mí, leer literatura es “lo más” de toda lectura. Franz Kafka lo sintetiza así:
“Si el libro que leemos no nos despierta
como un puño que nos golpeara en el cráneo ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos
haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y
podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos
hagan felices. Pero lo que debemos tener son esos libros que se precipitan
sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la
muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos. Un libro debe ser
como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro".
Un ilustrador y una ilustración:
Luis
Scafati:
dibujante nacido en Mendoza en
1947. Estudió artes en la Universidad Nacional de Cuyo. Desde 1969 expone
regularmente pinturas, acuarelas y dibujos en museos y galerías nacionales y
extranjeras. En 1972, comienza a publicar sus dibujos con el seudónimo de Fati
en la revista Hortensia. Desde entonces sus trabajos recorren las páginas de
los más importantes periódicos y revistas argentinas y extranjeras. En 1976 se
instala en Buenos Aires y comienza a colaborar en el taller de Roberto Páez a
quien considera su maestro. En 1981 obtiene el Gran Premio de Honor en el Salón
Nacional de Dibujo. No se
dedica a ilustrar libros para la infancia pero cuando lo hace es
maravilloso.
Lecturas
para compartir:
Manga
de animales,
Maricel Palomeque.2015.Ilustraciones de Fernanda Carmona. Córdoba, Los Ríos
editorial.
Es una sucesión de pequeñas historias de
animales, bien escrita, divertida y con algunos microrrelatos desopilantes que
le imprimen un tono original a esta expedición del mundo animal. Una mirada
nueva sobre los sentimientos y sueños de chanchos, hipopótamos, sapos,
elefantes, en fin: a leerlo.
Un cuento también sobre animales que
curiosamente se vincula por el tono con la anterior reseña. Los Rodríguez son
un matrimonio que sale a pasear el domingo y descubren que cada una de las
personas conocidas con las que se van encontrando están convertidas en
animales, mejor dicho son animales que se comportan y responden como personas.
Hay una trama desopilante, humor, encadenamiento de situaciones que se reiteran
en distintos bichos y un final abierto que da pie a renovar la historia. Lo
mejor de Iris Rivera en este relato breve que reúne sus talentos: humor,
disparate y un poco de suspenso.
Los
equilibristas,
Nicolás Schuff / Pablo Pick. 2015. Buenos Aires, Edelvives.
Los cinco hermanos Berto, equilibristas,
ingresan a un circo a trabajar, allí se encuentran con payasos, ratones, Anastasia,
la mujer barbuda que llora porque estaba enamorada del hombre bala que la deja.
Ellos se comprometen a buscarlo y en medio de situaciones sucesivas y breves transcurre
este cuento. No es un libro álbum aunque su presentación en tapas al rojo vivo y su gran
tamaño hace pensar que de eso se trata. Tiene una excelente ilustración que
complementa la brevedad textual. Esta brevedad no lo priva de complejidad, el
padre de los Berto los abandona, el novio de Anastasia también, ellos juegan
y buscan al que se fue. En medio del juego termina el cuento. La presentación
gráfica, el color, el diseño, todo reunido tiene impacto.
Los
mimpins, Roal Dahl, 2015. Buenos
Aires, Santillana.
Billy vive en una casa a orillas de un
misterioso bosque al que no puede ingresar por prohibición materna:” ¡Cuidado, cuidado!/¡es el bosque del pecado!¡Nadie
salió nunca vivo,/ aunque muchos han entrado.”. Esta advertencia más las
inmensas bocanadas de humo que veía avanzando hacia él desde el lugar prohibido,
lo detenían hasta que un día se animó y se interna en el bosque. Allí descubre
a los Minpins y al feroz zampavivientes que los tiene cautivos. Allí sucede una
historia deliciosa que es narrada por momentos con detenimiento. Billy consigue
liberar el bosque. Los pequeños mimpins también logran acercarse a su casa y la
novela que es corta no deja de asombrar. Si bien es una traducción de María
Puncel, el texto se muestra contundente. (¿Recuerdan a los odos de Graciela
Montes?)
Para
cerrar:
gracias a las empresas que me hicieron llegar los libros que pude leer y
reseñar y a todos/as los lectores.
Seguiremos trabajando en la LIJ. Mi facebook
es Graciela Perriconi.
Buen fin de año: eso espero, eso deseo.