Estamos en la semana de la Revolución de mayo y me satisface mucho la gran cantidad de publicaciones para chicos que se ha generado en el país alrededor de la fecha del bicentenario que también disfruto porque no habrá otro.
La literatura histórica: sean cuentos, novelas o leyendas que remitan a nuestra historia han estado relegados en las empresas editoras porque la demanda era escasa. En verdad, no tenemos memoria del pasado más que frente a las conmemoraciones y lo hacemos para ser funcionales con la familia, y las instituciones educativas.
Sí, hay una producción de ficción histórica para adultos/as nacida a fines del siglo XX con mucho éxito que siguió en forma sostenida pero decreciente hasta nuestros días. Dejo de lado la publicación de leyendas folclóricas que se han editado desde el 80 en adelante en casi todas las editoriales de textos y de literatura.
Recuerdo con cariño a la querida María Esther de Miguel y desde ella a muchas mujeres que escribieron ficción sobre la historia (qué tema a indagar: las mujeres que escriben literatura histórica más que los hombres) hasta Cristina Bajo, Mabel Pagano entre otras como una especialidad dentro de la narrativa.
Para el bicentenario: autores e ilustradores, una doble escritura afianzada en esta década del siglo XXI le han brindado a la escuela y por cierto a los niños material gráfico, informativo y literario.
Sería muy bueno que esta conmemoración promoviera en la formación ciudadana y literaria de los chicos y adolescentes una reflexión sobre nuestros orígenes como nación y sobre aquellos que más allá del bronce, hicieron lo que ambicionaron y… pudieron para concretar sus creencias.
Para tomar nota e indagar: hoy nos visita un autor integral, Istvan Schritter, un ser con una energía vital y creativa desbordante además de un gran ilustrador, diseñador y escritor argentino. Ha publicado libros en muchos países de habla hispana, en EEUU y Corea. Ha recibido innumerables premios y distinciones. Como editor es director de las colecciones “Libros-álbum del Eclipse” y “Pequeños del Eclipse”, de Ediciones del Eclipse, Argentina.
Le pregunté sobre las lecturas que lo transformaron en lector y sobre las que nos recomendaba y nos contestó lo siguiente (me tomé la licencia de abreviarlo):
…”La colección Nueva Dimensión, historietas (Asterix, El Eternauta, Mafalda, Snoopy) y libros de arte. Mis padres me compraban colecciones de pintores famosos que llegaban semanalmente y yo esperaba ese momento para mirar y remirar y seguir con el dedo los trazos de las pinceladas de Van Gogh, de Monet, de Ingres. Y leí a Poe, García Márquez, Vargas Llosa, Bradbury, Asimov (la saga de la fundación: ¡qué maravilla!) leídos compulsivamente y en desorden.
Para recomendar, un torbellino desordenado que incluye libros ilustrados y de los otros, para que lean chicos y grandes, descreo de lo “sólo infantil” en los libros para chicos. Recomiendo a Anthony Browne, Satoshi Kitamura, Isol, Bruno Munari, Katsumi Komagata, el Catálogo de Novedades ACME de F.C Ware, Noche de tormenta de Michelle Lemieux, todos ejemplos que ponen en jaque la idea de destinatario en los libros “infantiles”. Y entre los no ilustrados acabo de redescubrir a Copi a quien conocía de chico por La mujer sentada, La guerra de las mariconas, un desborde inclasificable; Kafka en la orilla, de Haruki Murakami; La mujer en cuestión y Lengua Madre, de María Teresa Andruetto, y volver a leer a Girondo y Cortázar. El señor de los anillos antes de ver las películas. Alicia en el país de las maravillas, (y no ver la película, puajj). Ah, e Historia sobre todo inverosímiles, de Alasdair Gray (para los que dicen que los libros “para adultos” no son ilustrados…) y Las mil y una noches, siempre.”
Del autor es mi preferido: El ratón más famoso. 2003, Del Eclipse. Un verdadero ratón de biblioteca: una metáfora del lector.Un libro elaborado con inteligencia y creatividad.
Esta es mi voz:
El ayer melancólico,
el mañana incierto ,
nombres, más nombres,
y el amor.
Nosotros y
esta escritura entrañada..
Nosotros:
los que no resignamos.
Lecturas para compartir:
El juramento de los Centenera. 2007, Lydia Carreras de Sosa, VII Premio Alandar de Narrativa Juvenil. Edelvives. Una obra austera de recursos pero excelente en la trama que plantea. Los hermanos Centenera hacen un juramento para cubrir una tragedia familiar que ellos solo conocen hasta que una mujer se anima a sacudir el silencio de Josep, uno de los hermanos y a partir de allí la historia se desliza sin tregua hacia un final inesperado. Un libro para recomendar sin dudas.
Este relato es un homenaje a Cortázar en forma implícita. Es original y está bien estructurado con un toque de humor al final. Yo lo había mencionado en lecturas para las vacaciones pero quise darle un espacio en la reseña. La edición es bilingüe: español-portugués. Un placer leerlo en ambas lenguas.
La leyenda de Los invencibles.2009, Horacio Convertini, ediciones SM. Una novela que tiene varios temas entrecruzados por el recuerdo: la familia de Víctor debe partir del Villa Luppi hacia la ciudad, el desarraigo se comienza a percibir desde el comienzo, el partido de los Invencibles, un equipo que se convierte en leyenda, el monstruo de la laguna y un zapatero que hace de árbitro en la cancha y en el fútbol, todo hace una historia de chicos que sufren y gozan a través de la aventura, el deporte.
Microrrelatos en exceso: Excesos exagerados. 2008. Pablo Bernasconi. Primera Sudamericana. Son una sucesión de relatos divertidos y extravagantes sobre distintos objetos: la bocina que estalla, un hombre en una motoneta celeste, una corneta emancipada, los pingüinos amotinados, y siguen los personajes y las situaciones disparatas muy bien resueltas que no me animo a llamar cuentos porque algunos no lo son. Por supuesto, la ilustración es impecable y acompaña la desmesura de su título.