jueves, 9 de julio de 2015

Encuentro 79

Hoy, en el día de la Independencia argentina, a tono con el color local, pienso en lo bueno que es trabajar con las tradiciones tanto en la poesía como en la narrativa. Volver a recuperar la voz de los recopiladores que se  han ocupado de reunirlas en antologías en forma de estudios sistemáticos como Raúl Cortázar, Berta Vidal de Battini, Ada Elflein, entre los más notables. Su aporte ha permitido divulgar los relatos populares, mitos, leyendas y cuentos. Cada pueblo tiene sus recopiladores y sus versionistas al margen de las empresas editoras que han publicado luego estas recopilaciones, adaptadas muchas de ellas, para su consumo en las escuelas.
Lo paradójico de este gesto de enriquecimiento en la palabra- no me refiero al material- es la sobre-adaptación a la que este material se ha visto expuesto o bien la distorsión de su originalidad en esa mal conocida versión de autor, que desde mi criterio no debiera en ningún caso poner mano sobre el argumento del texto primario. El enriquecimiento existe cuando va de la mano del escritor y en función de transmitir literatura, no cuando responde a los intereses del maestro y de los temas escolares.
Me pregunto hasta cuándo deberemos (me incluyo en otros que repiten lo mismo: especialistas, bibliotecarios, etc.) repetir lo mismo sin caer en la lectura de esa literatura folclórica que se define por los intereses del usuario solamente. Sé que un poco de lo que escribo es estéril y otro resto puede ser compartido y exigido.
Los textos originales, que a su vez ya han sido transformados por el interés de un  recopilador son atractivos porque hablan de la tierra, de lugares y personajes populares, de mitos propios de pueblos originarios, de sentidos primitivos. Esto es imborrable.
Mostrar el lenguaje de un lugar o de un pueblo es parte de lo imborrable. Nos configura, es nuestra silueta vital, esa que los siglos trataron de conservar a la vez que transgredir. Toda versión popular llevada a la palabra escrita es libre, no toda es literaria y ninguna debería ser escolar.
Ellas deben tener un espacio en la escuela sin domesticaciones, porque el lector es capaz de superar las dificultades del texto. ¿Para qué está el mediador?¿ para qué está el lector? Para ser un dependiente o un creativo, un ser limitado o un ser expansivo. ¿Qué se espera de un chico o de un joven? 
Tarea del adulto, tarea del lector avezado. Tarea del ciudadano.

Ilustradores y obras:

Carlos Nine: Dibujante, pintor y escultor argentino, nacido Buenos Aires en 1944. Entre los años 1983 y 1990, dibujo innumerables tapas de la revista Humor. Dibujó historietas en las revistas Fierro, Echo des Savannes, Il Grifo, Co & Co y otras. Sus dibujos aparecieron regularmente en el diario Clarín y la revista Noticias. Ha sido galardonado con premios nacionales e internacionales.

Dice de él: Nací en Haedo, ciudad que supo ser también la patria chica del maestro Alberto Breccia. De niño, después de la escuela matinal, solía pasar las tardes ayudando a mi padre en la zapatería de la calle Juan B. Justo (...)que se llamaba, precisamente, “Casa Nine Hnos.”. Mi estado de embeleso era continuo debido a las relaciones de tipo teatral o sainetero que establecía mi viejo con sus clientes.(…).Los sábados tomaba su violín, se reunía con sus compañeros de la orquesta de tango y animaba los bailes.(...). Siempre aproveché esta oportunidad para acompañarlo con el pretexto de llevarle el violín. (..)Con semejante influencia era evidente que jamás sería contador público nacional. Mi afición por el dibujo era inocua, casi una gracia infantil, hasta que mi viejo tomó la decisión, un día cualquiera, de quitar los zapatos de la vidriera del negocio y exponer para el barrio mis dibujitos. Esa mañana de sábado, pasando casualmente por ahí, no podía creer lo que veía. Dos o tres vecinos ponderaban mi “obra” desde la vereda. Me puse colorado y seguí mi camino, pero ya era otra persona. No tiene sentido agregar que la gracia devino vocación, que estudié en las escuelas de arte Belgrano y Pueyrredón. ( …). Sólo quería destacar la importancia de la caricia en la espalda, en el momento justo, en la época dorada.

Lecturas para compartir:

Caballero Negro, Lilia Lardone, 2014. Córdoba. Comunicarte.
Luciano comienza a armar un castillo con ladrillos de plástico e inventa un  héroe al que llama: Caballero Negro,junto a él vive muchas aventuras. Esa historia se une a la central en la que el niño sufre la ausencia de su papá que deviene en separación del vínculo con su mamá. Allí este héroe se desmorona y la historia tiene caminos que se encuentran en el final.
Como es la autora: tierna, contundente y buena narradora, así es este cuento de un chico como otros con una historia de vida tan habitual, tan sensible.

Trasnoche, Pablo de Santis, 2014.  Buenos Aires. Alfaguara.
Son  16 cuentos fantásticos en los que el autor plantea varios interrogantes: qué es la valentía, cómo es ser un héroe, qué es la magia, el misterio de la buena música, qué es la credibilidad,  entre otros. Cada historia plasma uno de ellos y es el lector el que saca su conclusión a través de esos relatos. En especial, recomiendo Agua Muerta una nouvelle de 50 páginas, entre los cuentos, que tiene diálogos excelentes, y sobre ellos se desarrolla la trama. Una técnica frecuente en cada cuento que atraviesa todo el texto.
Se acompaña de un epílogo donde el autor reflexiona sobre el cuento, la novela y el género de terror. 

La noche del elefante. Gustavo Roldán. 2012. Buenos Aires: SM.
Solo Gustavo Roldan podía tener esta ocurrencia: elefantes en su querido Chaco. Además un elefante que se atreve a expresar a los cuatro vientos estoy podrido. Pertenece a un circo, pero al llegar a Sáenz Peña siente el aroma del monte y junto a su elefanta deciden abandonarlo. Él audaz, atrevido. Ella reflexiva. Todo sucede en el monte, ellos son extraños para los otros animales. El texto nos permite reflexionar sobre el descubrimiento y la aceptación. Los vínculos diversos que se pueden establecer.
En el último texto Los sueños del elefante plantean su dilema: Vivir en el monte o vivir en el circo. Esta reseña fue escrita por Verónica Sereno para esta salida y… abreviada por mí.