domingo, 9 de agosto de 2015

Encuentro 80

Tantas veces he hablado de reparar en la escritura al hablar de literatura y más de arribar a una definición que la defina por la calidad, que me ha hecho pensar si no era postura extrema y fácil aceptar que solo la buena literatura es literatura. Estoy segura de que es así más esta convicción ahora está acompañada por otros aspectos a tener en cuenta: ¿qué dice el lector cuando la elige como propia? ¿Los autores consagrados son todos buenos autores? ¿Qué la hace comercial? ¿Si es comercial no es buena? ¿Se puede definir literario algo que tiene pocos lectores? ¿Y los libros que tienen muchos lectores y seguidores pueden no ser literarios?
Ah! Hoy me he puesto solita en este espacio al que sé que muchas/os responderán: el mercado los hace vendibles. De acuerdo, y ¿después? Pues muchos se siguen vendiendo a través de los años y pasan generaciones de maestras , de alumnos, de padres y sus libros se siguen vendiendo.
También puedo decir que el Ulises de James Joyce es un referente importante de la literatura y no es un fenómeno de venta ni entonces ni ahora. Algo lo inmortalizó, donde reside su valor, la crítica académica lo ha sostenido. Usé un ejemplo de literatura de adultos para no herir ninguna susceptibilidad.
Creo que la literatura se hace de textos  bien ideados y escritos de manera adecuada con relación a su esencia artística y además necesita de los lectores antes que de los editores que somos intermediarios entre un texto y un lector/a. Es decir que el lector precede al lector en la demanda, en la necesidad.
La originalidad es salir del lugar de la trivialidad, abandonar fórmulas conocidas, saber escribir y tener una idea o una emoción creativa si hablamos de algo sutil como la poesía.
Por qué llegué a expandirme en esta introducción, porque estuve leyendo El intenso calor de la lluvia de Gioconda Belli y una colega se sorprendió de mi recomendación en facebook. Belli escribe bien, eso ante todo. Luego aborda el tema de la menopausia hasta desbordar a través de una conflicto amoroso pero el personaje se detiene una y otra vez ensimismado en su problemática, el tema es atractivo para las mujeres y por último-esto iba primero pero fue premeditado- ella ha conseguido varios premios internacionales que la lanzaron a la carrera de escritora con marketing y mercado, siempre sobre el género.
Y esto se ha visto y se ve en los autores de la LIJ también, quienes se dedican al suspenso y al policial y han triunfado en eso, otros en los pequeños dramas familiares, y otros en humor, etc. etc. El mercado ha observado ese éxito de ventas y allí parte el camino de un autor. Sin desmerecer a ninguno/a, esta construcción se hace por el tono, los temas y los modos de decir y contar que se van imponiendo en los libros.
Lo que llama la atención es la cantidad de publicaciones nuevas, sin matices en un mercado que no es tan amplio. Libros editados de nuevas empresas y las ya conocidas hay de todos los tamaños y edades, temas. Propuestas originales, no he advertido. Pero ese es análisis para otra salida.
No quiero olvidarme de decir que mi respuesta a todas los interrogantes anteriores que he escrito es : ¡sí!
A todos los que leen este blog y en especial a mi colega lectora- si lee esta salida - quiero decirles que a veces se eligen libros para viajar, para divertirse, para que integren una investigación, para pasar el tiempo y nada más sin muchas expectativas y a veces, nosotros/as las que “militamos” hace años: elegimos mal. Es que ante todo: somos simples lectoras.  

Ilustradores y obras:

Tania de Cristóforis. Es egresada de la escuela de Bellas Artes. Fue docente en educación inicial y primaria. Estudió ilustración con Helena Homs, Oscar Rojas y José Sanabria. Trabaja con distintas editoriales ilustrando libros y revistas para chicos. Es joven, talentosa y trabaja con creatividad. Me gusta su manera minimalista de leer la realidad. Algunos de los libros que ilustró: Ratones en la escuela, Al agua Pato, Baldanders, Los viejitos de la casa, Picaflores de cola roja. 


Lecturas para compartir:
Cómo bañar a un dinosaurio, Franco Vaccarini, 2015. Ilustraciones de Carlos Higuera. Buenos Aires, Edelvives.
Llegó un marciano a la casa de Lucio, que hay que bañar, cambiar, darle de comer y alteró la vida de sus padres y la propia. Claro que este marciano también duerme en una cuna y se llama Mateo pues un nombre debía tener. Es un cuento atractivo para mostrar cómo el nuevo hermanito que llega, altera la vida familiar, El protagonista no deja de manifestar esta molestia con todas las letras y eso, su mirada extrañada y su fastidio son lo mejor de la historia. Me gustó que Vaccarini se animara a salir del género policial en el que se lo distingue.

¡Hola! Que me lleva la ola, Rimas, juego y versos. Selección Sergio Andricaín, ilustraciones Ana María Londoño. 2015. Buenos Aires. Santillana.
Una antología poética que destinada-si es que hay un destinatario en poesía- a los más pequeños que incluye poemas anónimos, rondas, adivinanzas, trabalenguas y poemas de autor. Me ha gustado porque recupera voces de siempre- las voces que pueblan nuestra lengua- como dice Yolanda Reyes en su cálido prólogo, acompañado de un registro ilustrativo que aporta más riqueza a esta apuesta. Entre los poetas recientes, descubrí a Yolanda Reyes y Antonio Orlando Rodríguez. Un serio trabajo de recopilación y armado con datos bibliográficos al final de la obra. Bello desde la tapa en más, convoca.

La bruja del Laurel, Sandra Comino, 2014. Buenos Aires, Edelvives.
Esta novela transcurre en el campo,  Águeda, la Bruja del Laurel, resguarda los secretos y amores que nacen en el paraje Alegrías del hogar. Allí llegan, perdidos, un fotógrafo y su hijo. Y se quedan, primero a pasar la noche, y luego el resto de sus vacaciones, deslumbrados por el lugar y en particular por las historias que se cuentan sobre la Bruja del Laurel y el Brujo del Naranjo. Sin embargo, descubren que no son solo historias, que la cercanía de los gitanos influye de alguna forma en la vida de todos. ¿Y en la de ellos? Una novela sobre los secretos, la memoria, y los afectos a través del tiempo.  ( dice contratapa)Y sobre el amor, agrego sin temor a equivocar el tono íntimo y saludable de esta historia que calla los secretos del corazón. 
Por suerte el final nos da esperanza saber “que los amores resisten el océano “en todos los aspectos  Eso me respondí,  paso la pregunta del libro a otros.

Un libro necesario:
Leer el mundo, experiencias actuales de transmisión cultural, Michèle Petit, 2015. Buenos Aires. FCE. Colección Espacios para la lectura.
Este ensayo que trata sobre esto de leer el mundo, un trabajo profundo, serio, reflexionado y escrito con tono lúcido y filosófico en 7 capítulos y un epílogo por esta mujer sensible e inquieta que es Petit que busca: inquietar al lector con ideas conocidas en sus anteriores publicaciones y otras nuevas. Todas de una belleza y riqueza narrativa poco común en este tipo de ensayos. Las citas, los ejemplos, su discurso prolijo, recurrente sobre la teoría de Leer el mundo, que de eso se trata leer, inunda a todos los actores sociales: contexto, familia, mediadores, instituciones, y pretende forjar un arte de vivir cotidiano que escape a la obsesión de la evaluación cuantitativa y al ruido ambiente. Eso es: leer sin más, sin fin, sin medida, por la gratuidad, leer como apuesta para vivir.
Me encantó!! No sé si debo decirlo así pero es un libro que enamora.