Hoy 2 de abril, decidí escribir el blog porque esta fecha nos recuerda la triste y malograda guerra de las Malvinas de 1982 en las que murieron tantos argentinos y tantos otros quedaron marcados de por vida por los estragos vividos, esta fecha es una buena causa para hablar de la elección por la paz siempre. No hay motivo que justifique matar a otros… no lo hay. La muerte por violencia es antinatural, filosóficamente, irracional, por razones religiosas es equívoca para no poner el término que me nace de las entrañas. ¿Acaso Dios necesita defensa? No, nosotros necesitamos hacer valer nuestras creencias, políticamente la guerra es una estrategia que encierra un motivo sucio: el dinero. Las guerras se inventaron para cuidar el dinero, generalmente de otros.
La vida es la única alianza con la paz. Y la paz, es nacer, crear, producir, trabajar, es cuidarnos y cuidar la naturaleza, es celebrar los vínculos a través de las palabras.
Pensé en buscar citas de libros, después me dije: todos los libros celebran la paz, porque los escritores son personas que escriben para resistir la violencia de la muerte, para permanecer en la mirada de los demás.
¿Quién publica para ser destruido, para ser olvidado? Escribir es un acto de vida y una manera de llenar de significados los interrogantes, es preferir las palabras a las armas.
Porque apostamos a la paz, cuidamos a los hijos que la vida nos ha prodigado, hablamos y escribimos. Tratamos de superar las enfermedades del cuerpo y del alma y casi siempre… nos duele aproximarnos a los límites (como dice Simone de Bouvoir en una entrevista que muestra el canal Encuentro cuando se refiere a la muerte) por todo eso, escribimos.
Hoy esta fecha se une con la situación mundial en la que asoma otra guerra, más muertes, más hipocresías, más silencios. La guerra es el silencio del lenguaje. Vientre de lágrimas.
Para cerrar, una frase de Graciela Cabal en Vidas de cuento, dice en el Epílogo:“Es que un lector puede vivir muchas vidas .Vidas de cuento. Y un escritor, ni te digo.Por eso yo quería ser escritora. Es que a mí me gusta tanto vivir..."
Lecturas para compartir:
El día de las cosas perdidas.2010, Lilia Lardone, Edelvives. Camila y su abuela Iris van hilando un cuento bello, tierno, maravilloso en el sentido tradicional de la palabra alrededor de la pérdida de algunos objetos que desaparecen de sus lugares habituales, la muñeca, el papá que quiere recuperar las llaves y así la historia central se envuelve con el cuento y lleva de la mano al lector hasta el final en el que aparecen las llaves y con ellas otras situaciones. Un cuento muy bien interpretado por las ilustraciones de Gabriela Burín que invita a disfrutar de la escritura.
XVZ: archivos ultrasecretos.2010, Martín Blasco, SM. Los tres protagonistas forman un grupo de chicos muy curiosos guiados por un interés particular, uno en los dinosaurios, otro en los extraterrestres y una niña encantada por los cuentos de terror. La novela corta tiene una introducción en la que se advierte sobre los riegos que se corre ingresando a los archivos. Se presenta como una propuesta detectivesca episódica, bien resuelta.
Cómo cocinar un plato volador, 2011. Sergio Olguín, Norma. Julián empieza a transitar el camino de los hijos de padres separados, nueva casa paterna, difícil vínculo entre sus progenitores y además el deseo personal de que sus padres se vuelvan a unir. Él se instala los fines de semana con su padre, la vecina Belinda, las dos nuevas mascotas Wanda y Cosmos y una historia que se va generando a través del misterio que encierra ver extraterrestres, muy bien armada con ritmo, suspenso e imaginación. La ficción toca espacios cotidianos: el barrio de Flores, la casa de Ramos Mejía, un encantador de perros afamado, sin altibajos.
Lecturas para recordar:
Una obra testimonial que está relacionada con la memoria del jardín de infantes.
Lo que queda de la infancia, 2010, Estanislao Antelo, Patricia Redondo y Marcelo Zanelli, compiladores, Homo Sapiens. En la tapa figuran los nombres de los “autores”: autores, artistas, educadores, investigadores y más…
Dice el prólogo en un fragmento: "Este es un libro que habla de lo que los objetos han hecho en nosotros. Libro de miedos y sufrimientos, júbilos y algarabías. Marcas o huellas, en uno de los sentidos más prácticos del término: impresiones profundas y duraderas, vestigios obstinados".
La recomiendo especialmente para quienes recorrimos y recorremos las prácticas docentes formales e informales. En algún lugar nos identificamos con los recuerdos, nos apropiamos de ellos o quizás movilizamos zonas que estaban bien resguardadas.
Notas al pie:
La empresa Sigmar está cumpliendo 70 años de existencia en la producción, edición de libros infantiles, celebramos la permanencia en el mercado editorial argentino.
Le comento que a partir de este año no dirijo más la colección Flecos de sol de edebé y que he comenzado a colaborar en otras empresas. Gracias a todos /as por acompañarme antes y ahora.
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