Un
recuerdo para Carlos Nine que acaba
de fallecer, del que hablé el año pasado en el mes de julio en este blog, extraña
coincidencia. Las redes sociales y algunos medios dieron cuenta de su pérdida y
el recuerdo de muchos y distintos protagonistas del quehacer del libro se
derramó en afecto.
Pensé
que recuperar ese momento era bueno por él y por lo que significa la
ilustración como vehículo de significados y sentidos en el libro.
La
imagen es de alto impacto, portadora de una manera de pensar la realidad, de
interpretarla, es en sí misma “la otra
lectura “(Istvan Schritter). Diría que es el otro texto de un libro o de
una revista y en muchos casos es el texto.
También
aprovecho esta salida para resignificar el rol del autor de LIJ, leemos, a veces,libros
magníficamente ilustrados que no manifiestan creatividad y solidez en la
escritura.
Los libros álbum que generaron un movimiento
dentro de la Literatura muy importante, no siempre revelan solidez en la escritura. Por eso creo necesario deslindar la autoría
textual de los ilustradores. Sé que esta afirmación puede generar malestar.
Escribir literatura es un oficio que requiere experticia, no todos los muy
buenos ilustradores la tienen. Mi afirmación para ser justa, debería dejar
afuera a los libros de LIJ que carecen de este aspecto. Un buen libro, álbum
incorporado, debe sostenerse por la unión de las dos escrituras. Y un buen ilustrador,
dibujante, artista plástico no está obligado a ser un buen escritor de
literatura. Así como un escritor no está obligado a saber ilustrar. Ese todo en
uno es “perturbador” para decirlo con matices.
Por
lo menos, deberíamos pensar en esto y poner a resguardo las fortalezas en las artes plásticas que se ponen en juego cuando se quieren desplegar en las palabras. Aun cuando el texto escrito sea breve, tiene que ser más
que una oración explicativa. Mi afirmación es una generalidad, no pretende ser
más que una reflexión con el medidor que lee este blog.
Carlos Nine: Dibujante, pintor y escultor
argentino, nacido Buenos Aires en 1944. Entre los años 1983 y 1990, dibujo
innumerables tapas de la revista Humor, historietas en las revistas
Fierro, Echo des Savannes, Il Grifo, Co & Co y otras. Sus dibujos aparecieron
regularmente en el diario Clarín y la revista Noticias. Ha sido
galardonado con premios nacionales e internacionales.
Dice él: "Nací en Haedo, ciudad que supo ser también la patria
chica del maestro Alberto Breccia. De niño, después de la escuela matinal,
solía pasar las tardes ayudando a mi padre en la zapatería de la calle Juan B.
Justo (...)que se llamaba, precisamente, “Casa Nine Hnos.”. Mi estado de
embeleso era continuo debido a las relaciones de tipo teatral o sainetero que
establecía mi viejo con sus clientes.(…).Los sábados tomaba su violín, se
reunía con sus compañeros de la orquesta de tango y animaba los bailes.(...).
Siempre aproveché esta oportunidad para acompañarlo con el pretexto de llevarle
el violín. (..)Con semejante influencia era evidente que jamás sería contador
público nacional. Mi afición por el dibujo era inocua, casi una gracia
infantil, hasta que mi viejo tomó la decisión, un día cualquiera, de quitar los
zapatos de la vidriera del negocio y exponer para el barrio mis dibujitos. Esa
mañana de sábado, pasando casualmente por ahí, no podía creer lo que veía. Dos
o tres vecinos ponderaban mi “obra” desde la vereda. Me puse colorado y seguí
mi camino, pero ya era otra persona. No tiene sentido agregar que la gracia
devino vocación, que estudié en las escuelas de arte Belgrano y Pueyrredón. (
…). Sólo quería destacar la importancia de la caricia en la espalda, en
el momento justo, en la época dorada."
Digo yo: fue una de las grandes plumas que interpretó la
historia argentina, formó parte de
una generación que dejó una marca en el humor de nuestra época.
Libros para compartir:
Ayer fui a la Feria del
libro infantil y me encontré con este libro que deseaba reseñar:
Para que sepan de mí, Laura Devetach, 2016. Buenos Aires.
Calibroscopio. Un poemario que comprende casi una década de trabajo: 1979 a 1987,
escrito en dos etapas y reunidos por Calibroscopio en esta nueva edición con prólogo de Lucía Robledo. Sin dudar lo recomiendo con el alma. Escogí este poema:
Soy como tantas
mujer
que mamó del pecho de sus hijos
y cargó
sus hombros pequeños
con una cruz a cuestas.
Historia
de un pulóver azul, Florencia Gattari,
2015. ilustra Marina Zanollo. Buenos Aires. Edelvives.
Una historia de amor entre abuela y nieto. Un
pulóver de unión entre ambos y el lenguaje que por momentos se torna poesía, viene
y va como las agujas que tejen, habla de la vida y de la muerte, de las
pequeñas cosas que nos sobreviven en las que estamos presentes. Fue un libro Destacado por Alija. Para seguir
con poesía va este fragmento:
Tejo una
tibieza
para cuando llores y no sepas por qué,
un pruebodenuevo
para cuando no te salga pelar una naranja
y dos puntos de paciencia:
para esperar cada año la primavera.
para cuando llores y no sepas por qué,
un pruebodenuevo
para cuando no te salga pelar una naranja
y dos puntos de paciencia:
para esperar cada año la primavera.
¡Hola Neurona!
Lilia García Bazterra, 2006.
Quito, Libresa.
Es una obra premiada que está
destinada a los adolescentes, a su intimidad, con un lenguaje coloquial
impregnado por el afecto que no cae ni en mandatos ni excesos de advertencias
adultas. Muestra un abanico de formas expresivas: texto informativo, apelativo,
literario, en forma casual. Está escrito para las mujeres, por eso lo mencionó
y se advierte detrás una madre… o una adulta muy comprometida con esas jóvenes
a las que les habla.
Por momentos asoman algunos
consejos. Si se reeditara, me parece interesante barrer cualquier rastro tutelar. Lo reseño porque quiero rescatar su vigencia.
Para mediadores:
Papeles reunidos sobre Literatura infantil. A lo largo del camino. Carlos Silveyra. 2016. Buenos Aires.Lugar Editorial.Colección Relecturas.
Escritor, editor, docente, investigador de literatura para niños y jóvenes, Carlos Silveyra reúne en este libro una serie de
conferencias dictadas en nuestro país y artículos publicados
en España y Francia, entre otros. “Se hace camino al andar”,
y a lo largo de ese camino, el autor ha reunido una serie de
“papeles” sobre literatura infantil. ( del prólogo) Qué agregar de Silveyra: que se trata de un libro que refleja su trayectoria como especialista de LIJ y formador de mediadores. Una síntesis de experiencias, investigaciones que finaliza con un decálogo escrito con mucho humor " para desalentar lectores".