Me asomo por un rato a través de tres librosUna novedadMancala, Natalia Porta López, 2018, Buenos Aires, Gerbera edicionesEl libro es un diario de vida narrado en capítulos por el protagonista niño, estos capítulos desarrollan algunos episodios que manifiestan los momentos más importantes de una etapa de la vida de quien lo narra. El niño es hijo único de una mamá que lo cría sola y se muestra feliz hasta que aparece en escena un señor que se convierte en el esposo de su madre y lo " desplaza” del lugar de privilegio que tenía hasta ese momento.No es todo tan sencillo, este señor tiene un trabajo que desorienta al lector, y también al pequeño. Es ahí donde la historia toma un doble camino que enlaza la relación entre los tres personajes: el relato de cómo se trabaja cuando se escribe un libro, los momentos de elaboración, lo que sucede cuando se presenta, hasta cómo es la reacción de los lectores. Y que ocurre con nuestro pequeño que siente al otro como un extraño y termina incorporándolo a la vida familiar y escolar como su padrastro escritor. Todo custodiado por la presencia escénica del juego de la mancala, muy bien definido en página por el ilustrador Rabanal: menos texto escrito, más ilustrativo para ponerlo en situación lectora. Hasta ahí el libro nos lleva de la mano por medio de un trabajo de vínculos que se van entretejiendo en el tiempo y con distintos acontecimientos. La palabra disparadora: " un accidente fatal" nos rasga la tranquilidad, nos desubica, nos lastima. La muerte de la madre, la orfandad acompañada en esos primeros momentos mueve a poner a resguardo los sentimientos.Los abuelos vienen, los derechos familiares juegan su papel y un hombre adulto espera al lector con el resto del relato. Quedan interrogantes que no vamos a revelar y otros en quien lea este relato.
Es un libro sin mesetas que moviliza. No se sabe bien, por suerte, la posible edad de sus lectores, y es un mérito de la autora no atenerse a esta atadura del mercado.
Celebro una publicación que no recorre lugares comunes, o por lo menos que no lo hace con comodidad y al ilustrador que con dos colores, acaso por momentos tibios tres, la acompaña.
Celebro a Natalia Porta que se asomó a la literatura, diría, de esta manera en su primera publicación. La tipografía, capítulo aparte. Un desafío, para recomendar.Para releer:Letargo, Perla Suez, 1998, Buenos Aires, Edhasa. Se sabe que Lete es uno de los ríos del infierno, cuyas aguas hacían olvidar el pasado. También es el nombre de la una madre que pierde a uno de sus hijos y se sumerge en días desamparados para siempre.En el centro de esta historia queda una niña, su hija, Deborah, una pieza delicada y suelta en un mundo de adultos, un mundo donde la estela de la muerte tutela la emocionas y penaliza la inocencia.
¿Cómo soslayar ese letargo que se dibuja en el nombre de su madre como un destino irrevocable? ¿Cómo superar una infancia marcada por el duelo y la soledad que pesa siempre en su memoria? Muchos años después la joven no olvida a la abuela que la sujetaba al silencio con su mirada (y con advertencias que parecían latigazos) y a un padre abatido, militante político y capaz de llevar a cabo más de una traición de amor.Pero Letargo es sobre todo, la sombra de una niñez golpeada por el silencio y los prejuicios.
y un viaje manso y misterioso al pasado familiar. La narradora, Deborah, busca recuperar el origen de una tragedia, descifrarla y escapar de ella. La escritura de Perla Suez es muy bella a la vez que dolorosa, no teme en indagar sobre todos los lados de la soledad, el duelo y la cultura de una familia judía del interior del país. Escribe cuidando cada palabra como si una de más pudiera alterar los recuerdos. El resultado es un libro conmovedor. Letargo forma parte de la trilogía de Entre Ríos junto a El arresto y Complot que encierran otro tipo de historias con más suspenso, menos intimistas.Y para cerrar este encuentro:Poesía de Mercedes CalvoEn el brocal del pozoEn el brocal del pozo
yo me incliné
y una palabra al fondo
dejé caer.
El espejo del agua
que se quebró
me robó la palabra
se la llevó.
Por un camino oscuro
se fue mi voz.
Yo me quedé pensando
¿se me perdió?
Pero el eco del agua
me contestó:
siempre la poesía
se hace de a dos.
jueves, 30 de agosto de 2018
Encuentro 97
domingo, 25 de febrero de 2018
Año 18. Encuentro 96
y seguimos con reseñas.
leí dos libros que merecen estas consideraciones breves, lo mejor está en ellos.
Para Llegar al sol de María Cristina Ramos,2018. Buenos Aires , loqueleo.
leí dos libros que merecen estas consideraciones breves, lo mejor está en ellos.
Para Llegar al sol de María Cristina Ramos,2018. Buenos Aires , loqueleo.
Es un poemario, breve para mi deseo, y para saciar las necesidades de un lector que busca asirse de buena poesía.
Son poemas extensos en los que la autora desarrolla ese talento profesional de unir juego, placer y pequeñas historias que se instalan en la epidermis .
Aromarse ha sido una delicia poética... el libro debería comprarse sin dudas.
"En su olla, el chocolate
entre espumas, el jabón,
y azahares del naranjo,
y madreselvas en flor. /
Los perfume de la plaza
cuando todo florecio,
el del patio, el de los libros,
el pan dorado en su sol. /
Y en la casa del silencio
cascaritas de limón.
Una suerte de sensaciones, imágenes de todo tipo y el ritmo . Si para escribir poesía hay que salir del piloto automático de la lengua coloquial y poder recurrir a la otra, a la silenciosa rebelión de la lengua interior, la autora lo consigue siempre.
Quizás en el tren, Martín Blasco / Andrea Ferrari, 2018, Buenos Aires, loqueleo
Es una novela que promete desde el resumen de la contratapa en la que anuncia que hay un conflicto entre Alma de 17 años que es china y vive en un barrio de la colectividad y Jorge que es ladrón de celulares en transportes públicos.
Ella sufre una mala experiencia amorosa y él trae consigo una historia de simulaciones, abandono, y complejidad familiar que lo lleva a dañarse una y otra vez.
Me atrajo esa información, mis predicciones no se cumplieron, por suerte.
Quizás acostumbrada, en algunas obras a decepciones por ese temor que presiento en la escritura de novelas para jóvenes de ser políticamente correctos, por lo menos, en el final, este temor que me hace dejarlas de leer. Aquí, en cambio, fue una lectura sin concesiones para interferencias.
La chica sufre y cómo , hay situaciones de tensión como en la vida, sin reparos, y él no es redimido...
Jorge, que le roba como a tantas/os el celular a Alma, regresa a ella motivado por una situación de violencia que sufre la chica, nunca se lo ve imperturbable ante sus acciones, no es un psicópata, es un malandra padeciente.
Se cruzan, el celular es el medio, la vida el motivo inevitable.
Buen final. Hubiera deseado para él, .menos concesiones .. pero debe ser porque a veces quiero creer más en la literatura que en la realidad.
domingo, 20 de agosto de 2017
Encuentro 95
¿Qué es la posmodernidad sino una
gran incertidumbre? Un tiempo en el que algunas certezas se han desvanecido
para siempre. Sobre esta afirmación desearía sacar
esta salida que por supuesto tiene que ver con la literatura.
El
extraordinario desarrollo tecnológico que hemos conocido en estas últimas
décadas ha propiciado que el horizonte virtual que se anunciaba como un
prometedor paraíso haya acabado convirtiéndose para muchos en un lugar
amenazado por la incertidumbre, cuando no en una especie de desgracia
personal, un teatro de operaciones que
presenta elementos propios de una prisión y en el que los sujetos tienen algo
de creaciones virtuales, entes programados por una computadora. En tiempos
marcados por la virtualidad, el simulacro y la apariencia, este desarrollo
–basado, como señalara Baudrillard, en el paso de lo táctil a lo digital– ha
permitido que la vida quede en muchas ocasiones en suspenso, desconectada de la
realidad, abandonada a los latidos electrónicos de un aparato: pierdo la
conexión de la computadora con Internet o se me agota la batería del teléfono
móvil y parece que con ello se me escapa mi vida, mi presente, esos contactos
virtuales que en el imaginario funcionan como reales.
Ese
es el pulso de la cotidianeidad. De allí
que el libro ese objeto consistente que sostengo entre mis manos tiene peso, es
capaz de generar múltiples significados y asociaciones, existe, está presente y
me interpela. Las palabras que lo ocupan han sido habilitadas para modificarme
en cada acto de lectura, la pantalla no puede hacerlo. Está frente a mí y no me
saca del piloto automático que me asiste a diario.
Es
cierto que todos los adelantos tecnológicos han provocado un aumento en el
trasvase de información por vías electrónicas (correo electrónico,
videoconferencia, servicio de mensajes cortos, telefonía móvil, blogosfera y
sitios web con fines supuestamente sociales como Facebook, Twitter,
LinkedIn, etc.) más ¿ese hecho se traduce en un incremento del diálogo,
la comunicación, el conocimiento y el espíritu crítico?
Como
las obras en capítulos, continuará…
Me
parece un buen tema para este tiempo sin ideas marcado por las emociones más
virulentas.
Libros para compartir:
De
Edelvives dos libros muy distintos recomendables.
El
tema es novedoso, son las cartas de una maestra rural a través de las cuales se
puede reconstruir su experiencia, su trabajo y su visión de la realidad en
zonas rurales. Lo interesante es la crónica de una sucesión de situaciones
`propias de los pueblos que conservan su color local: mateadas, pan recién
amasado en hornos de barro, las charlas in tiempo, el disfrute de los chicos no
contaminados con el ruido y la demanda de los centros urbanos. Esto me hace pensar que ese medio aunque marcado por la pobreza se escapa del tiempo
líquido y vacío. Bien escrito, quizás muy explicativo, es un discurso adulto
nostálgico y tierno.
Es
un libro de microrrelatos que no llegan algunos a la categoría de cuentos
breves, en esto discrepo con lo que dice la contratapa. Tiene aparecidos, almas
en pena, fantasmas, en fin esas obsesiones nuestras que adoptan formas a través
del miedo.
Está
bien resuelto tanto desde la escritura como desde la ilustración a cargo de
Andrés de Barca. Una experiencia de escritura que busca lectores avezados.
Dos libros sobre la gesta sanmartiniana
bien distintos:
Libertadores. de Laura Ávila, 2017. Buenos Aires,
Edelvives. Es una novela entretenida, muy bien narrada donde una niña
pehuenche se cruza con San Martín que se prepara para pelear contra los
españoles. Con agilidad, humor y mucho ritmo narrativo, la novela se despliega de un tirón.
El camino de San Martín, Mario Méndez. 2017.
Buenos Aires , Edelvives.
Es una novedosa propuesta, un
concurso literario sobre el Cruce de los Andes, una fundación que invita a los
chicos a participar y un jurado de escritores. Una ficción de lo que realmente ocurre con
el agregado que están expuestos los cuentos a elegir. Si bien hay una decisión
final , queda abierta la pregunta para cada lector : ¿ los hubiera elegido ? Excelentes ilustraciones de Alberto
Pez.
miércoles, 26 de julio de 2017
Encuentro 94
Algunos libros que quiero compartir con los
lectores:
(Estamos en el mes de la Feria del libro
infantil, una buena salida para grandes y chicos)
De
la A a la Z. Gianni Rodari,
2017, ilustraciones de Chiera Armellini. loqueleo. Santillana. Versión adaptada
para esta edición de Eleonora González Capria.
Como es sabido el famoso autor de Gramática de la fantasía hace alarde en
esta suerte de antología de su máxima” qué hermosas son, a veces, las
equivocaciones”.Y así es este recorrido de cuentos y poemas seleccionados de Cuentos por teléfono, El libro de los errores y Poesías para todo
el año, que atrae y muestra el
absurdo en todo su despliegue interpretativo. Más allá de la originalidad que
tienen, la buena factura literaria, lo que me mueve a reseñarlo es ese puente
que tiende innegable con la infancia lo que lo hace atemporal. Todos los temas
son actuales, divertidos, atractivos. Agregaría que son textos sin edad. Para
todos. Un libro bien ilustrado y bien traducido.
Su primera edición fue en el año 1980.
Palabra viva, la del autor.
Es un cuento que atrapa desde las
primeras páginas antes de la portadilla. Un asombro esa doble página entre
marrón y ocre que avisa que se trata de meterse en un bosque. Puede entenderse
como un anticipo de la trama o bien como una metáfora del discurso literario que
siempre apela a un mundo simbólico. El texto es contundente situado en un lugar
de Estados Unidos, el autor cita dos ciudades Lyme y Lebanon, entre ellas
sucede que un cazador desea, sueña con cazar a un hermoso oso: Sixteen Toos, y
tras ese deseo va, armándose en el camino de todo aquello que lo hace posible.
El final genera sentimientos contradictorios que mueven muchos resortes internos.
Un párrafo aparte merece la ilustración, Maravillosa realización de Virginia Piñón, cada página, cada detalle de cada objeto, la textura que cobra ese trabajo meticuloso hecho con el alma trasciende la obra. Creo que es un cuento desentrañado en obras de arte sucesivas. Una excelente síntesis entre la escritura y la imagen.
Los
olvidos de la abuela Carolina, Griselda Gálmez.2015. Ilustraciones de
Alejandra Karageorgiu, editorial Ruedamares.
Y como dice la contratapa la abuela
Carolina, tiene olvidos, también tiene cuatro nietas y tres nietos. Las chicas
son cuatro Marías con sus respectivos segundos nombres y los varones tres
juanes. La abuela quiere cumplir con todos y los acompaña a distintas
actividades pero… en cada una de ellas incurre en un olvido que luego se van reparando en un camino de "tejidos y destejidos" a
través de los nietos.
Es un cuento lúdico, de equívocos, muy
grato y está dentro de lo que
Rodari denomina “hermosas equivocaciones” que cité en la primera reseña. Está impreso en mayúscula imprenta, bien
diseñado y resuelto gráficamente.
martes, 14 de marzo de 2017
Encuentro 93
Tengo la intención de empezar
este año con novedades comentadas sobre algunos temas y autores en particular
que a su vez iluminen espacios nuevos o enriquezcan los ya conocidos.
Siempre desde lecturas sesgadas
pues no tengo acceso a los libros editados por todas las empresas que se
dedican a la LIJ. Reparé en escrituras
literarias, en aquellos textos que se corren de las fórmulas fijas de
intercambio, de los enfoques hechos a la medida de un posible lector niño.
Reiterado hasta el cansancio
para leer literatura hay que desconectar el “piloto automático del habla” con el que vivimos a diario y armar un
texto diferente, creativo que integre las reglas básicas del constructo
literario.
Estamos siempre parados en el
mismo punto de largada con diferentes temas. Leo editadas, buenas propuestas
de escritura que no se aproximan a la literatura. No hay ese amasado de ideas,
puestas en palabras con el tono, el estilo y la fuerza de un escrito literario.
La prudencia y los años de trabajo ponen freno al deseo de transcribirles un
fragmento de lo que “no es”. De inmediato se impone lo que es: “hace tiempo que los recuerdos más antiguos de pequeña no volvían a su cabeza,
pero ahora, sin poder evitarlo, se acuerda del primer día en que vio a sus
padres. Le parecieron raros, casi de otro planeta: con las narices muy grandes,
con los ojos saltones. Nunca había visto a una mujer con el pelo de otro color
que no fuera negro, así que el pelo de color claro de mamá le pareció horrible,
y también le pareció horrible aquel
hombre que tenía pelos en la cara. Se acuerda ahora, como si todo volviera a
pasar y ella no pudiera borrarlo de la mente, de que lloró mucho, de que gritó, lloró todo el rato durante
aquel viaje tan largo con aquellos seres extraños que le hablaban…. “. (Elvira
Lindo,
Amigos del Alma: 30, 2008, Madrid Santillana infantil.)
Nada es
suficiente, Lydia Carreras. 2017. Buenos Aires. Nube de Tinta.
Este libro merece una pequeña introducción, se lo pedí a la autora
a quien conozco solo a través de intercambios virtuales y como lectora de su
obra.
Mi trabajo sobre género me llevó a pensar que ella tiene una
mirada interesada sobre la adolescencia de las mujeres. No una más, una
diferente. Como lo fueron Sapos de la
memoria de Graciela Bialet, Ojos de
perro siberiano de Antonio Santa Ana, El
infierno de los vivos de Alicia Barberis, y otros más. No me refiero solamente al género
mujer, hablo de género.
Este libro de Lydia Carreras me transportó al abismo de los celos,
de la baja estima, de la falsa virilidad, de los miedos y finalmente de la
violencia.
De un tirón me hice de ese mundo y sufrí con Daniela, mejor dicho
junto a Daniela, la protagonista, quizás porque ella guarda algo de cada mujer,
seguro algo de mí y su evolución hacia el despeñadero es lenta, progresiva,
inexorable. Como lectora, hubiera querido torcer ese rumbo,evitarle el dolor.
Pero como en la vida real, a veces es inevitable.
Y en verdad para ciertos hombres y mujeres, muchas veces Nada es
suficiente. Título que encaja perfectamente con esta historia común,
recomendable para jóvenes y adultos, padres sobre todo, y tías como Cielo y de
las otras también, a ver si despiertan antes de envejecer.
Daniela es una chica de clase media argentina, con padres
profesionales, muy ocupados en sí mismos que la quieren, con un compañero que
la ama a quien ella no registra como enamorado porque él se borra con sus inseguridades y con un novio
que se las trae.
Y no más para contar, mucho para leer y preguntarse: ¿qué pasa con
la mujer y con los varones cuando no
pueden verse con la riqueza personal que les pertenece? ¿Qué familia genera
esas personalidades que se invisibilizan? ¿Por qué la violencia es un mecanismo de acción constante?
Un tema actual, por desgracia para la sociedad, muy bien contado. Me conmovió.
La ilustración de tapa es de Raquel Cané, otro acierto.
Mi comentario quizás tenga poco de literatura. El libro deja
abierta las puertas de muchas preguntas y preferí privilegiar eso de medular
que tiene: abre interrogantes, va hasta el fondo del
problema, no es epidérmico. Hace pensar y en este caso duele.
Será hasta el próximo arrimo. Ya se asoma la Feria del libro Buenos
Aires..
martes, 15 de noviembre de 2016
Encuentro 92
Esta
será la última salida del año y quizás la última salida del blog que probablemente cambie en otra expresión más
breve y dinámica, como el tiempo que corre demanda. Mucho en poco espacio y con
las palabras justas. Si se usaran…
Estoy
abocada a la investigación del género en la
LIJ a la vez que sigo leyendo el material que recibo, ahora de algunas pocas
editoriales. Esa es una razón de peso para concluir con este estilo de
comunicación en este año. La concentración de editoriales en pocas empresas
monopólicas que difunden solo a través de gacetillas y las limitaciones para
comprar el/ los libros deseados han apurado mi decisión. No quiero hablar de
libros que no se consiguen con facilidad ni que se comercializan en algunas
librerías, pues los blogs son ventanas por las que se asoman muchos mediadores y
curiosos de la lectura. Si el libro no está disponible: la necesidad que se puede despertar se torna una frustración.
Me
entusiasma la perspectiva de género en la LIJ argentina, cómo ha sido y es a
través de las voces de las mujeres escritoras. Un tema necesario para estudiar con una advertencia: no hay que escribir cuentos y novelas sobre la violencia, no, hay
que escribir sobre las mujeres, sobre sus vidas, sobre nuestras vidas. Veo que este
síntoma de un desorden social tan contundente,
muy difundido por los medios incita a fabricar libros que “purguen” las bacanales de una realidad desigual, asimétrica y
fatigante.
Es
hora de decir, de mostrar, de indagar cómo se ha materializado el género desde
el discurso y su perfomance, su
representación en la sociedad. Es
tiempo de reconocer, como dice Paula Bombara sobre la tolerancia y el respeto que ambas son “construcciones sociales que
cada persona, a su manera, puede lograr: algunos aceptan naturalmente a
aquellos que están en el mundo de un modo propio, peculiar; otras no pueden
soportarlo, y hay quienes aprenden a flexibilizar su pensamiento y realmente
crecen en ese proceso.”
Ya no basta con tener una mirada solidaria con aquello diferente, hay que tenerla
con las mujeres que somos cada una: solas, acompañadas, casadas, flacas,
gordas, altas, bajas, coloradas, negritas, rubias, miopes, rengas, sordas,
jóvenes, menopaúsicas y bien mayores,… ¡como sea!
Me
refiero a las mujeres, podría estar hablando de género en los varones, pero
trato de entender más sobre mí misma. Invito a los /as lectoras a hacer lo
mismo con su propia historia, nunca mejor revelada en los discursos
literarios que nos interpelan y colaborar a tejer los borradores de nuestras vidas que vamos corrigiendo en el
tiempo.
Ahora
sí les dejo estas lecturas para compartir:
Lo que guarda un caracol, 2016, Paula
Bombara. Buenos Aires. loqueleo. Santillana.
La contratapa resume lo que el libro
desarrolla con tanta solvencia narrativa, por cierto que lo recomiendo como una
lectura necesaria, mi cita anterior remite a esa novela:
“Detrás de la puerta del laboratorio diecinueve,
Mirko pone en jaque las costumbres del equipo de investigación del Dr. Fernando
Plazas. El modo particular con que Mirko mira el mundo hace que afloren
emociones que no pueden controlar: Alejo y su intolerancia, Agustina y sus
fantasmas, Lucrecia y sus deseos, Fernando y sus preguntas insaciables.
Mientras tanto, los caracoles marinos animan a Mirko a encontrar su lugar entre
los científicos. ¿Cómo encontrar la forma de ser fieles a sí mismos
comprendiendo las singularidades de los demás?”
Como
una película en pausa, 2016, Melina Pogoreslsky. Buenos Aires. Edelvives.
Es la historia de tres amigos adolescentes que saben todo del
otro o casi todo, porque cada quien tiene algún secreto guardado. En este
caso, Lucho, el narrador tiene algo que no sabe cómo decir, pero que de
a poco se va a dar cuenta de que cuando se tienen amigos de verdad, a veces no
hay nada que decir. Y es que Lucho es gay, y está empezando a pensar que es
probable que se esté enamorando de su mejor amigo, pero nunca habló del tema
con nadie y no sabe cómo hacerlo y qué reacción provocaría. Y allí está lo
mejor de un relato episódico que nos va llevando de la mano a saber cómo lo concreta.
La pipa del abuelo, 2016. Graciela Montes. Buenos Aires, loqueleo.
Integra un grupo de cinco libros para compartir las primeras
lecturas literarias y lúdicas con los chicos. Textos breves, ilustraciones
coloridas y lenguaje atractivo. Celebro mucho que Montes circule en las
bibliotecas de escuelas y casas porque es una de las voces más importantes de
la LIJ argentina, fundante de una escritura novedosa, bien pegada a lo cotidiano,
fuera de lugares comunes y lejos de lo didáctico, del “ corral de la infancia”.
Léame más, 2016. Vivi García. Buenos Aires, Tahiel ediciones.
Es una obra de teatro en un solo acto que reúne textos
narrativos y poéticos con la técnica del intertexto. Así va tejiendo un
encuentro entre un hombre y una mujer en un bar cualquiera de Buenos Aires. La
autora es una narradora maravillosa y esto se plasma a la hora de leer este “monólogo
literario “ en un tempo que entrecruza el tango con un discurso propio que
tiene como centro esta cita de Borges: “ todo
encuentro casual es una cita. Un escrito que se lee de un tirón y convoca voces, emociones e historias como lo hace Vivi
cuando narra. La celebro, y la escucho a ella, narrando y cantando suave,
entrañable.
Nota a los lectores:
Gracias por seguirme y leerme. Quiero decirles que quien quiera enviar o intercambiar libro
sobre género teórico o literario, estoy receptiva para seguir aportando
lecturas, sugerencias, citas y propuestas para animarnos, alimentar nuestros
interrogantes y trabajar a favor “de la inclusión” en cada lugar con hechos y palabras. Además de encontrarme en cursos, talleres, charlas para insistir en
la lectura y celebrarla.
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Encuentro 91
Sigo con cambios en esta salida. Elegí un libro para reseñar en extenso, sin comentarios iniciales.
Alicia Barberis escribe una novela cruda y poética
al mismo tiempo y recuerda para hacerlo una historia real que ella escuchó a
los 19 años, en un negocio, embarazada de su primer hijo. La historia se anidó
en ella por la fuerza y la realidad que encierra hasta que se plasmó en esta
novela. Vemos de qué trata:
Una mujer joven y atractiva cava pozos ciegos para
mantener a sus hijos, hace el trabajo de hombres entre hombres, el que hacía su
marido hasta que se echó a la vagancia y al alcohol. Entonces tuvo que hacerse
cargo de todo: el trabajo y los dos chicos. La novela empieza con la noticia de un crimen que
sacude a los habitantes de un pequeño pueblo
de Santa Fe: la Negra Torres ha asesinado a su marido y ocultó el cuerpo en el
patio de su casa. Desde la cárcel y separada de sus hijos, esta mujer será el evidencia
de las mujeres que buscan en la adversidad y la inequidad, sobrevivir al
sometimiento, al desamor y al abandono, en una sociedad machista, prejuiciosa y
violenta, casi como la actual..
Otra mujer, Lali, su
hija jovencita, separada de la madre desde su detención y en manos de la abuela
paterna decide comprender qué fue lo que pasó. Empieza a develar los secretos hasta que parece en una sutil
jugada final de la autora que logra encontrar a su mamá.
Dice la autora en una
entrevista en Página 12: ante la pregunta inevitable:
¿Qué quiso contar en Pozo ciego, qué le
interesaba transmitir?
–Lo
que más me conmovió siempre de esa historia fue la separación brutal que tuvo
esa madre de sus hijos, que no quisieran verla, que no pudieran perdonarla.
Pero también la condena social que tuvo esa mujer, sin que nadie analizara
nunca lo que le tocó sufrir con un marido violento, en un pueblo tan
marcadamente machista. También la doble moral de los hombres que tanto en la
ficción como en la vida real tuvieron un vínculo con ella. Pero además, también
creo que en la historia de la Negra quise contar otras historias. O tal vez una
historia en común de lo que les (y nos) ocurrió a muchas mujeres en los
vínculos sociales y de pareja, en un pueblo pequeño donde reinaba el machismo,
donde las mujeres estuvieron siempre relegadas a un segundo lugar, condenadas a
“aguantarle” todo al marido, a acallar sus propios deseos, a posponer sus
sueños.
Y lo logra, consigue darle una fortaleza poderosa y un amor
entrañable a su personaje signado por la marginación desde el inicio, que está
afuera de toda compasión social por ser mujer, pobre y sola en un pueblo
pequeño del interior del país y en el marco de una sociedad dominada por
hombres:- Serás lo que puedas y debas- establece la regla.
Barberis ha dejado por ahora el ámbito de la LIJ aunque esta
novela debería socializarse en las escuelas secundarias para que los
adolescentes puedan analizar modelos de transmisión social de género. Así lo
hizo en Cruzar la noche y El infierno de
los vivos, las dos novelas publicadas también por Colihue.
Como lectora, desearía que abandonara los abismos y se afianzara
en esa narrativa que puede decir sin caer en los temas de gran circulación mediática.
Hablar de los mandatos sin violencias tan contundentes. Es el permiso que me
otorgo.
Una voz que nos llena de orgullo:
María Cristina Ramos, poeta, narradora, y editora, nacida
en San Rafael, Mendoza, ganó por unanimidad el XII Premio Iberoamericano SM de
Literatura Infantil y Juvenil. La Fundación SM declaró que la distinción,
dotada de 30.000 dólares, le fue otorgado a la autora argentina por su
"aporte a la literatura de una mirada auténtica y sensible de la realidad
latinoamericana", por "el cuidado en la construcción de sus textos y
su profundo respeto hacia el lector, sus personajes y la realidad que
recrea", porque “conmueve al lector y enriquece su sensibilidad” y porque
la escritora concibe la literatura como "un camino que ilumina algunos
aspectos dolorosos de la condición humana". Aquí, un poema:
Secreto
Las tortugas pequeñas
no pesan nada,
en el agua se mueven
como las hadas.
Como las hadas y
como las lunas,
vestidas con el claro
tul de la espuma.
Las tortugas pequeñas
saben un paso
suavecito y ligero,
como de raso.
Como de raso y
como de fuga,
que es secreto de baile
de las tortugas.
Es secreto que guardan
bajo la almohada:
las tortugas pequeñas
no pesan nada.
Lectura para compartir:
Marcela Carranza dice en Imaginaria (2008), entre otros argumentos, que “(…) todos (incluso los bandidos) obedecen a rajatabla las reglas, especialmente las relativas al uso de la biblioteca que Ernestina Laburnum (la bibliotecaria) se ocupa de recordar con insistencia. (…)La obediencia exagerada de las reglas (en especial las burocráticas) da lugar a su trasgresión y, por lo tanto, a un humor que juega con lo inverosímil y absurdo, también con la ironía.”
Los dibujos en tinta de Quentin Blake se disponen entre la ingenuidad y la transgresión. Sin ellos este libro tendría otra identidad. Para disfrutar y mucho.
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