martes, 12 de abril de 2016

Encuentro 86

Retomo el blog antes del inicio de la feria del libro con la intención de hablar de la vinculación de los adultos con los más pequeños, los peques bien peques. Y de ese lazo que se genera primero, con el contacto físico para atraer su atención, con la mirada, el canto, el susurro, lo que denomino: Acunarlos. El/la niño/a nos pide eso, mucho afecto, contacto y palabras: suaves, sin estridencias, narraciones breves y si le cantamos que esto le signifique un lugar de confort, al que quiera regresar una y otra vez para encontrarse con ese primer placer gratuito que se ofrece con el apego.  Hablo de los primeros meses, de su primer año, hablo de las palabras portadoras de amor. Hablo de nosotros y nuestro rol de contenedores, de andamiantes, de nido. Y de nuestra capacidad de sentirnos recompensados por ese intercambio amoroso, en el que no solamente damos, también aprendemos: a ver las diferencias entre la sonrisa y la risa incipiente, el movimiento de las manos, la dirección de su mirada, los matices del dolor, que es muy amplio, más de lo que aprendimos en libros. A escuchar su arrullo, a comunicarnos mejor. De una relación simétrica: acúname es un pedido que tiene una palabra que le corresponde déjame.
Y cuál es la forma de acercar a los pequeños a la literatura que es más que un recorrido por el objeto libro en soporte papel, menos que un cuento leído a los bebés o  “interpretado” con muchos matices, acercar la literatura es otra cosa. Y es un camino progresivo de lecturas, narraciones orales, canciones, poemas, nanas, juegos lingüísticos. Quizás no satisfaga el interés del lector de esta entrada por saber con más precisión de qué hablo exactamente, no me detendré a exponer sobre la LIJ, hoy quiero hablar del intermediario porque alrededor de su persona surge el afán, la motivación del pequeño/a.
La actitud más apropiada por parte de los adultos consiste en superar todo dirigismo porque paraliza, torna pasivos a algunos chicos y dependientes. Tampoco situarse "en retirada", te dejo solito para que te entretengas, pues frecuentemente esa retirada equivale a abandono, para los pequeños, ese espacio sin otro, librado a su elección, provoca a menudo desconcierto, ansiedad, en algunos casos agresividad. Lo ideal sería adoptar una "presencia no invasiva" observar el desarrollo sin intervenir directamente, mostrar interés, responder con sonrisas o actitudes que sean espontáneas. Esa participación afectiva a menudo es recíproca: los niños muestran sus realizaciones buscando aprobación y la verdad es que nosotros, también lo hacemos.
Hacernos cargo de la "esa" nutrición en los primeros meses de vida implica un gran nivel de compromiso amoroso, no delegable. Vayan estos poemas de gozosas expresiones a cerrar esta introducción: 
Pajarito que cantas
en la laguna
no despiertes al niño
que está en la cuna.

Pajarito que cantas
junto a la fuente
cállate que mi niño
no se despierte.

Este niño chiquito
no tiene cuna
de limonera verde
yo le haré una.

Y todas las mañanas
en mi ventana
recibiré pájaros
cantando nanas.
 ( poema popular)

Mi niño
Mi niño tiene
un sueño atroz
que le den agua
que le den arroz.
Mi niño tiene
una pesadilla
que le den crema
que le den frutilla.
( tradición chilena)   

Lecturas para compartir: Bueno, no he logrado armonizar letras y espacios .. así las cosas hoy!
¿De dónde vienen esas voces?2016. Lucía Carabelli, Mariana Ruiz Johnson. Argentina. Iamiqué. América latina es enorme y diversa. Sus cantos nos cuentan sobre su gente, sus bailes nos muestran sus sentimientos, sus ritmos nos remontan a sus raíces… ¿Desde cuándo se celebra el carnaval? ¿Qué tienen que ver los esclavos y el candombe? ¿Cómo llegó el diablo a estas tierras? ¿De qué hablan las coplas? ¿Cómo nacieron el tango y la chacarera?¿De dónde viene la palabra cumbia? ¿Qué elementos africanos aparecen en la murga? Un libro hecho a dos voces sobre historias curiosas de cantares, bailes y ritmos. ( texto contratapa) estas y otras preguntas son respondidas en este libro informativo, también hay coplas , canciones, poemas cortos de países americanos como complementarios y muy buena ilustración.

Liebre y León. 2015. Alberto Pez y Roberto Cubillas. Buenos Aires, colección  peque Letra Edelvives.
Lola Liebre y Lalo León se levantan temprano para hacer sus cosas de siempre. Pero ¿qué hacen todos los días esta liebre y este león? Trabajan en tareas domésticas, hacen lo que deben hacer todos los niños, tomar la leche, lavarse los dientes, ser ordenados y además se siguen, se persiguen y descansan los domingos. Un libro para los más chicos, excelente como propuesta e ilustración.

El dedo mágico. 2015, Roald Dahl, ilustraciones Quentin Blake. Buenos Aires, loqueleo.
Una niña de ocho años cuando se enoja tiene un poder especial cuando señala a las personas con su dedo. Sus vecinos, los Gregg, se dedican a la caza de aves en el bosque colindante hasta que un día nuestra protagonista, harta ya de las continuas matanzas, se enfurece de esta cacería indiscriminada al mismo tiempo que los señala con su dedo. El dedo mágico transforma a los Gregg en aves y a cuatro patos que pudieron salvarse de los perdigones, en personas. Las aves ocupan el domicilio de los Gregg y estos tienen que salir volando y construir un nido para pasar la noche. Esta experiencia hará que los cazadores sean recapaciten y se arrepientan de sus acciones. 

La hormiga que canta. 2006. Laura Devetach. Juan Lima, Buenos Aires, libros álbum del Eclipse. Dos poemas armonizan en este libro-álbum: el que está hecho con palabras y el creado con imágenes, texturas y colores. Hay tal sintonía entre los dos lenguajes que se observa en el poemario que no es posible distinguir entre el texto escrito y el de la ilustración. La edición es muy cuidada. Una inmensa hormiga negra en la tapa sobre un rugoso y luminoso fondo verde con iluminaciones amarillas promete junto con el título que va a cantar. Dos talentosos creadores y el disfrute para el lector.


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