Pensaba en el tema que iba a desarrollar en
esta salida y desde hace tiempo registro que adjetivo con
facilidad cuando reseño y lo hago desde el disfrute ante la lectura cuando esta me gusta. Es decir que tengo
una actitud valorativa subjetiva. Y qué otra puede tener un crítico: una mirada
desde su propio marco de referencias o bien aplicar a rajatabla el canon
literarios o lecturas académicas – elegidas porque le son también afines- a
través de las cuales pasa un texto como si fueran una garantía de exactitud y objetividad . Y en verdad en el ámbito de un terreno tan rico como la Literatura
en todos los aspectos, es muy difícil lograr las dos cosas: rigor y
objetividad.
Ahora bien como los libros académicos
hablan de una literatura: “suficientemente buena” o algo más sutil como escribir
libros que humanicen, lo he leído en
entrevistas a la especialista
Teresa Colomer y también en el que ésta ha publicado en el FCE junto a Graciela Montes, dos
voces más que reconocidas para hablar de la LIJ, me pregunto: cuál es el valor de estas expresiones dentro de la
crítica.
Me detuve hace una semana a raíz de la
muerte de la editora Elena Aguiar, mujer muy talentosa, en un fragmento de una
salida de su blog: www.editarenvozalta en el 2010 que transcribo para
evocarla y reflexionar sobre esta afirmación: “definamos qué es literatura de buena
calidad.
Lo
malo es que no existe una norma ISO que establezca sin ambigüedades qué es la calidad
literaria, así que cada vez que alguien juzga un libro como “muy
bueno” o “muy malo”, en realidad no hace mucho más que contarnos cuáles son sus
propios gustos.
Todos
estaríamos de acuerdo, claro, en que una buena novela debe estar bien
construida, tener una trama inteligente e interesante, con personajes
verosímiles, estar escrita con un lenguaje rico y cuidado, reflejar una visión
del mundo, tener ambición cuanto a los mensajes que implícita o explícitamente
vehicula, ser capaz de mantener la atención del lector, incitándole a pasar
cada página.(…)
¿Cómo “medimos objetivamente” cada uno de ellos?: La calidad literaria es
completamente intersubjetiva. Lo que unos consideran una buena
construcción, para otros es mediocre; lo que a unos les parece inteligente e
interesante, a otros les aburre; cuando unos se identifican plenamente con unos
personajes, otros los sienten de cartón piedra; lo que para unos es lenguaje
rico y cuidado para otros es pedantería ininteligible(…)¿Por qué? Probablemente,
porque cada
uno evalúa la supuesta calidad literaria de un libro desde su propia agenda, con sus propias
metas prioritarias: la riqueza del lenguaje, el argumento, el mensaje
implícito…
Yo,
personalmente, creo en una LIJ, en una literatura en general, que sea capaz de enriquecer al lector, de
transformar, de alguna manera, su vida y su visión del mundo. Para mí un buen
libro es, más que otra cosa, el que consigue este fin. Si lo hace, cualquier
otro pecado me parecerá venial.
Quizás
por eso es que, tras oír la expresión “calidad literaria” en diversas
ponencias, se me vino a la cabeza un concepto de Winnicott: el de la “madre suficientemente
buena“. (un poco como la “literatura suficientemente buena”)
sería aquella que no aspira a la perfección, sino que es consciente de sus
límites y acepta sus equivocaciones, y gracias a ello, es capaz de proporcionar
al niño un entorno adecuado para su óptimo desarrollo.
Así
que quizá la LIJ que aporta al niño lo que necesita (concentración en la
lectura, evasión, conocimiento de otras realidades, entretenimiento,
compromiso, impulso transformador, diversión…) no es necesariamente una
literatura de magnífica calidad literaria, sino una literatura
“suficientemente buena”. Sobre todo, teniendo en cuenta (y esto
merecería un estudio más en profundidad) que los libros que interesan a los
niños y a los jóvenes,(..), a menudo no
son necesariamente los calificados como más literarios o los reconocidos por la crítica como
“mejores” artísticamente hablando.
Cuánto para agregar sobre este
fragmento, abreviado en extensión, de temas tan recurrentes a la vez que necesarios:
Lo bueno, lo humano, lo que ayuda a
hacer lectores aunque no sea en todos los casos por medio de los llamados buenos libros de buenos autores aprobados por la crítica académica y ponderados “ por el marketing del mercado” que los hace
necesarios: ¿Cómo se definen todos estos términos?
Más aún en qué reside la calidad
literaria. La literatura desde los griegos hasta hoy ha sido literatura por una serie de razones que hace que se diferencie de
otras producciones valiosas no
literarias. Eso es lo objetivo, lo que está en el canon. Yo creo que el
resto es interpretación, o es descriptivo y ya no tiene rango valorativo. De ser una lectora ávida, me ufano, todo lo
ajeno es motivo de deliberación, como sostiene Aguiar, de afinidades, o lo
que es más objetable: de ideologías.
Para cerrar algo bien ilustrativo:
Fue regalo de Laura Devetach- La Laura- en Posadas, ya lo había reseñado hace 3 años
pero hoy es una síntesis de esta introducción: De Diablos
y mariposas, 2005, Buenos Aires, Del eclipse:
Diablos
y mariposas
“-Hay
cosas que no se pueden contar así con la boca. Por eso quizás se escriben-
piensa Sidonia.
Abre
la libreta.
Diablos,
escribe.
Mariposas,
escribe.
Las
palabras quedan allí, encendidas, combinándose, armando rompecabezas en la
arena de la libreta”
Ilustradores
y obras: Sandra Lavandeira
Nació y vivió en Buenos Aires hasta que decidió, junto con su familia mudarse a Brasil, donde vive actualmente. Estudió Bellas Artes en la Escuela Nacional P. Pueyrredón, viajó y volvió a Buenos Aires. Estudió con Alberto Breccia técnicas de la historieta. Fue fundadora, junto con otros colegas, de la revista de historietas El Tripero. Ilustra libros para niños desde aquella época ( 1995) que se editan en Argentina, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua, USA y Brasil.
Nació y vivió en Buenos Aires hasta que decidió, junto con su familia mudarse a Brasil, donde vive actualmente. Estudió Bellas Artes en la Escuela Nacional P. Pueyrredón, viajó y volvió a Buenos Aires. Estudió con Alberto Breccia técnicas de la historieta. Fue fundadora, junto con otros colegas, de la revista de historietas El Tripero. Ilustra libros para niños desde aquella época ( 1995) que se editan en Argentina, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua, USA y Brasil.
Recientemente finalista del Concurso Libresa
de Álbum Ilustrado, con el libro Las cuatro estaciones. De este libro es la
ilustración que la muestra.
Zapallo
en Flor,coplas, adivinanzas y otros dichos populares. Laura Roldán, (antologadora)
2014. Buenos Aires.SM.
Es un trabajo de recopilación muy
interesante no por la cantidad sino por la diversidad, que se acompaña con algunas recetas de cocina bien propias de los sabores que compartimos los
argentinos como el mate cocido y la mazamorra, entre otros. El libro está bien armado y es grato leerlo y practicar esas recetas bien explicadas, de
fácil resolución doméstica.
Cereza
y Kiwi/Jimena
Tello, Didi Grau, 2015. Buenos Aires, Edelvives.
Kiwi es un nene guaraní que tiene muy mala
puntería para el tiro en blanco, de paseo con su canoa se encuentra con Kiwi
hasta que una nube muy densa se instala en el cielo que los cubre y las
lluvias cesan. Todo se seca y Kiwi no puede recorrer el río y
ver a su Cereza. Decide tirar muchas flechas hacia el nubarrón, tantas que lo alcanzan y…
les reservo el final. Grata historia, lo
había editado edebé hace años y las nuevas ilustraciones le dan otra lectura.
El
año de los secretos,
Laura Santullo, 2014, Buenos Aires,
Edelvives.
La autora es uruguaya pero debió
exilarse en México en la época de la dictadura militara, así esta novela tiene que ver con ese exilio.
Catalina, la protagonista, advierte que su vida cambia cuando los militares asumen el poder y vive en el ámbito familiar un caso de persecución y arresto del abuelo de su mejor amiga, su padre y más. Lo importante en la obra-narrada con agilidad y un lenguaje coloquial- es la amistad que se sobrepone al miedo. Gracias a Catalina y su familia, se guarda el secreto más importante de ese año en la vida de todos. Es una obra que aborda el tema de la dictadura militar y sus estragos a través de una historia cotidiana.
Catalina, la protagonista, advierte que su vida cambia cuando los militares asumen el poder y vive en el ámbito familiar un caso de persecución y arresto del abuelo de su mejor amiga, su padre y más. Lo importante en la obra-narrada con agilidad y un lenguaje coloquial- es la amistad que se sobrepone al miedo. Gracias a Catalina y su familia, se guarda el secreto más importante de ese año en la vida de todos. Es una obra que aborda el tema de la dictadura militar y sus estragos a través de una historia cotidiana.
No
me digas Bond,
Andrea Ferrari, 2013. Buenos Aires, Alfaguara.
Esta novela es la continuación de: el camino de Sherlock y No es fácil ser Watson, que por los
nombres aluden al género de suspenso tan bien definido en las sagas de Sherlock Homes por su creador Conan Doyle.
Tras haber compartido el colegio y dos
investigaciones juntos, Francisco y Arturo, Sherlock y Watson, están a punto de separar sus caminos pero en
esta nueva novela hay un acontecimiento cruento que atraviesa Francisco que
hace que el amigo lo acompañe en la nueva búsqueda. Como en los libros
anteriores, con ellos, retorna Violeta con quien al final de la historia, Francisco decide
volver a salir.
Libros
para especialistas y mediadores:
Este ensayo está formado por 11
ponencias de la autora sobre distintos temas nucleares de la LIJ o mejor dicho
de la literatura para restarle adjetivos. En estos escritos revela de manera
profunda, inteligente y minuciosa su mirada sobre cada uno de ellos.
Sería imprudente valorizar uno por
encima de otros, pues creo que nada es menor, desde su disertación al recibir
el premio Andersen en el año 2012 hasta los artículos publicados entre
2011/2013 en Deodoro, gaceta de crítica y
cultura. Yo agregaría la calidad de los textos literarios que emplea y que
no solo enriquecen cada artículo sino que le agregan un valor per se, por los
autores, las citas, la intensidad
textual.
Temas
de la literatura Infantil, Aproximación al análisis del discurso para la infancia, Fanuel Hanán
Díaz, 2015, Buenos Aires, Lugar editorial.
También se trata de una recopilación de
conferencias, reflexiones y ensayos sobre la LIJ en 8 trabajos que se
caracterizan por el rigor y un amplio recorrido de lecturas teóricas. Un aspecto a destacar es la bibliografía en habla
hispana e inglesa.
Temas como: el Análisis de libros
contemporáneos, Cuentos viejos en odres viejos o Libros perturbadores entre
otros son una invitación a una lectura interactiva, dinámica y atractiva.
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