Este último mes ha sido muy beneficioso ya que dos premios internacionales han recaído en las
escritoras argentinas: Inés Garland, ganadora del Premio Deutscher
Jugendliteraturpreis 2014 (El premio más
importante para Literatura Juvenil en Alemania) por su libro: Piedra, Papel o Tijera y Laura Forchetti, ganadora del VII Premio Internacional de Poesía para
niños 'Ciudad de Orihuela', con su obra "Buenos días-medianoche”. Una novelista y la otra poeta, las dos
hacedoras de historias, de emociones y estremecimientos en los que se pone en
marcha lo mejor de la literatura: la posibilidad de crear otra realidad, hacerla
permeable al lector, deseable. Las obras nos entregan mucho más que un mensaje
a desentrañar, Como dice Michéle Petit nos abren “un universo en el cual desplegarnos y
constituir (…) esta reserva poética y salvaje de la cual podremos echar mano
toda la vida para proyectar en lo cotidiano un poco de belleza, de fábulas, de
historias que tal vez nunca se realizarán, pero que sin embargo contribuyen a
definirnos. Para dar forma a lugares en los cuales vivir y acondicionar
habitaciones propias en las cuales pensar.” Que de eso se trata la literatura a la que no le pondré el
adjetivo infantil porque creo que ya no le hace falta. La quita en este caso es riqueza. Sabemos de qué hablamos.
Yo reseñé
en 2009 la obra de Garland que actualizaré en esta salida y transcribí de Laura
Forchetti un poema de Un objeto perdido
( ¡libro buenísimo!) el año pasado.
La literatura avanza en el exterior y por suerte gracias a maestros,
bibliotecarios y el apoyo de políticas públicas y planes de lectura se
multiplica en manos de los chicos y adolescentes de todo el país además de
beneficiar a las empresas editoras y las / los autores. Tiene un efecto expansivo que sería invasivo si los
mediadores disfrutaran todos de ella
y luego fueran entusiastas compradores
de libros, pilares para activar el negocio librero.
Hay otros
reconocimiento, el libro Los
extrañamientos de Martín Blasco en el White Raven, un listado mundialmente
prestigioso (me disculpo de posibles olvidos). Todo conduce a afirmar que vamos,
hace años, en camino de posicionar también el trabajo de los ilustradores y artistas plásticos que
incursionan en la escritura- la otra escritura- de los textos. Nos queda discutir todavía, la actitud “educativa “de incluir actividades comprensivas en los libros
de literatura, antologías y textos que se elaboran para la escuela, una vieja
costumbre que los achica y desvirtúa. Con la implosión de internet, sería una medida negociadora, circunscribirlas
en fascículos, cuadernillos, otros formatos, pero en la web. El libro solamente para
el lector, el maestro y quien quiera leer sin andamiajes.
Quizás parezca
esto una digresión de la idea que abrió esta salida, no lo es. Todo lo ganado en el terreno de la LIJ queda rezagado si se domestica, se simplifica o se pone el acento
solo en la unión del autor, lector, sin profesionalizar al mediador. Hay que
formar, trabajar a fondo con el “mensajero”. Tarea de especialistas que conozcan bien lo que sucede con la formación
de docentes y las prácticas escolares Allí los esfuerzos de todos los
actores sociales se multiplicarán en ese deseo colectivo de crear lectores.
¿Recuerdan
a Graciela Montes y su excelente trabajo El
corral de la infancia?, con un fragmento de 1995 quiero cerrar mi reflexión:
“durante años, pacientes y razonables
adultos se ocuparon de levantar cercos para detener la fuerza arrolladora de la
fantasía y la realidad. Tenían un éxito relativo porque, de todos modos, los
monstruos y las verdades se colaban, entraban y salían. Ahora hay señales
claras de que el corral se tambalea, de que los grandes y los chicos se mezclan
indefectiblemente. Ya nadie cree que los chicos vivan en un mundo de
ensoñaciones, es más: todos comprenden que son testigos y actores sensibles de
la realidad. Tampoco quedan muchos que
no admitan que los adultos –incluidos los sensatos y prudentes pedagogos- son
sensibles, extraordinariamente sensibles a la fantasía.”
De
poetas y poemas:
Temprano
en el aire, Laura
Forchetti.
hacer
que
una cosa
no
pueda verse por dentro
hacer
que
lo que estaba abierto
deje
de estarlo
echar
la llave
juntar
las partes
que
se hallan
separadas
los
párpados
los
labios
las
hojas de un libro
las
tijeras
cercar
vallar acordonar
plegar
una cosa
que
estaba
extendida
la
mano
un
abanico
un
paraguas
cicatrizar
las heridas
llegar
la noche
a
su plenitud
cargarse
de nubes
el
cielo
juntarse
unos
con otros
los
pétalos
de
una flor
Lecturas
para compartir:
Piedra,
papel o tijera.2009, Inés Garland. Alfaguara. Es una novela de
iniciación, esa transición entre la niñez y la adolescencia en carne viva. La
autora narra lo que reza la
contratapa: Una historia de
amores imposibles y sueños que se pierden en las turbias aguas del río. Todo atravesado por el paisaje del
Tigre que se cruza de manera intensa con episodios de la dictadura militar del 76,
los silencios que con los años tienen voces y rostros. Una apuesta generosa a
celebrar la vida a pesar de sus miserias.
Alma, la protagonista, despierta un día y su mundo toma la forma de la verdad,
intensa y silenciosa. Ella va uniendo cada una de las dos partes de la obra, casi independientes que se cruzan en un punto medular.
Los extrañamientos, 2013, Martín
Blasco. Alfaguara. La novela, dividida
en treinta capítulos cortos, relata el
proceso que transita Martín desde el momento en que entra en contacto con un
universo diferente: el de la casa tomada donde se muda con su mamá. El chico
descubre “los extrañamientos”, esa otra manera de pensar cosas del que ya conocemos.
La narración recorre un duro contexto social –la desocupación, la pobreza, la
discriminación, la violencia doméstica, las familias monoparentales. El autor
invita a los lectores a pensarse desde otro lugar y descubrir lo
positivo que hay en todo cambio, aun cuando sean ajenos a la elección personal.
Papiros, 2014, Lilia
Lardone, El Barco de Vapor, SM ediciones
Un faraón advierte que su imperio se desmorona,
el secreto está en la huella de los escorpiones que lo llevan a indagar la
memoria de su pueblo. El hombre cita a sus 8 hijos y cada uno relata una historia que el padre irá descartando por
distintos motivos hasta concluir en un testimonio que lo revela todo: no hay
mensaje de escorpiones, no hay Elegido, un hombre no puede cargar con el poder
de un imperio. La doble lectura del texto se hace necesaria: el padre que
abre y cierra cada historia y las 8 historias en sí mismas son un despliegue de
buena literatura, profundidad, recrean con cuidado y sutileza la época y
el lenguaje. EL final, excelente , sin fisuras. La autora explica con lenguaje
informativo cómo se gestó Papiros. Mucho para disfrutar.
Excelente interpretación del texto de
Pessoa ha realizado Legnazzi que demora en cada página la atención del lector.
Una belleza gráfica desde la tapa, un deslumbramiento.
Marcos está solo en la playa, el mundo
ha sido su casa hasta ese momento en el que conoció la palabra casa, que une
en sílabas, la separa, arrastra algunos consonantes, mientras la reitera en ese
espacio inmenso con la lluvia amenazante. Quería tener otra casa, y algo más:
una familia. Un texto poético que reúne muchas de las características musicales
de la poesía y… de la lluvia.
Para mediadores/as:
Para
tejer el nido, poéticas de autor en la literatura argentina para niños, 2013, Elena
Stapich, Mila Cañón. Compiladoras. Comunicarte.Es un libro coral que reúne trabajos sobre
autoras sobresalientes en la literatura infantil y juvenil cuyas poéticas
jerarquizan lo fundamental y lo accesorio, no excluyen tema alguno y ponen en
primer plano la materialidad del lenguaje relegando lo moralizante. Así se hace
presente desde la poética de Walsh, Devetach, Montes, Ramos, Andruetto e Iris
Rivera. La profesora Blanco aporta itinerarios de lectura junto a una visión crítica del camino
recorrido y finalmente Mila Cañón introduce un diagnóstico respecto
de la crítica y el lugar que ocupa la LIJ dentro de la cultura en la
actualidad. Muy buena elaboración, con solvencia y criterio.
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