Terminó la feria del libro en Buenos Aires y las empresas editoras retoman sus actividades orientadas a difundir y vender sus productos. La ciudad tiene una intensa vida cultural, feria de arte, de diseño, exposiciones diversas, conciertos, etc. La ciudad tiene un ritmo joven constante para leer, ver y oír.
Los habitantes estamos también atravesados por el año eleccionario, las manifestaciones mundiales que buscan respuestas a la desocupación, a la ausencia de proyectos para jóvenes y profesionales, las crisis económicas, los miedos sociales y personales y las ganas de seguir encendidos por la vida.
Hago esta introducción porque quisiera definir la literatura como lo que es: un discurso que muestra, revela un momento histórico-social aún en la fantasía extrema. Sin embargo así como en los 80 y los 90 era fácil descubrir la escritura de la pos dictadura en democracia, se puede decir que tenía compromiso, libertad, búsqueda para reinstalarse, juego de complicidades con el lector a conquistar, amor, humor, heridas y… tanto más, no podría hoy con muchas lecturas realizadas, aventurar qué discurso se manifiesta en los libros editados. Me refiero a qué tipo de realidad hecha ficción se materializa en la literatura para niños y jóvenes.
Hay muy buenos autores, obras que seguramente con el tiempo serán clásicas, estilos, modos de instalarse en el mercado y en los lectores pero el discurso literario está fragmentado. No se puede generalizar una tendencia, salvo la que me atrevo a esbozar.
Esto quizás hable de este tiempo, de nosotros, de cómo estamos, solos, integrados desde nuestra pequeña ciudadela personal.
Quizás sea positiva esta diversidad de la que aparto a aquellos libros escritos a medida para el mercado, escrituras que se delatan : libros sobre las diferencias, la pobreza y sus caras, las familias ensambladas, el cuidado del medio, el acoso moral y físico y tantos otros: digo hechos a medida para un momento que desmerece en cierta forma la producción personal del autor /a que puede llegar a ser muy rica si se dejara guiar por sus ganas de escribir más que por los reclamos de la industria.
Si dejo de lado estas producciones, nos une lo diverso, lo variopinto y en ellos cada uno busca un sitio en la memoria lectora; bienvenida sea esta heterogeneidad, que nos muestra plurales, complejos y diferentes.
Me pregunto, lo pienso, nada más, deseaba compartir con Uds. sin ánimo, como cada vez que lo hago de entrar en polémicas, sí de comunicarme e intercambiar criterios, que no es poco.
Un comentario positivo y extenso requiere la excelente calidad de las ilustraciones que se observa en los libros, el cuidado de cada edición. Una mirada especial que me reservo para otro encuentro.
Libros para compartir:
Discurso del oso.2009, Julio Cortázar, Alfaguara- Libros del zorro rojo. Ilustraciones de Emilio Urberuaga.
Es un relato breve de Cortázar escrito de maravilla con un nivel poético por el que deja entrever la insólita presencia del oso “rojo” de los caños de casa que por cierto incomoda a los habitantes, asoma en el techo de la chimenea, se lava en la cisterna picoteada de estrellas y así sigue si itinerario hasta que se encuentra con los seres solitarios por lo que siente pena, claro de nosotros…para los que guarda gestos de ternura. Una delicia de libro álbum. Este cuento integra el libro Historia de Cronopios y de fama de 1962.
La casa de los sueños. 2005, Gabriel Sáez, SM. Ilustraciones de Nana González . Tato se sorprende cuando advierte que el rinoceronte con el que había soñado se hace realidad, y luego pasa lo mismo con la bruja y con el astronauta y otros personajes, cada uno va ocupando espacios en su casa con la aceptación de la abuela y el regaño de sus padres que le recriminaban creerse cada uno de sus sueños, y en esto reside la riqueza del cuento que va sorprendiendo en imagen y palabra en cada página y nos va dejando la idea que de soñar con intensidad aquello que se desea acaba por concretarse. El final, muy bien resuelto. Buena propuesta lectora.
De cómo el diablo se casó con tres hermanas y otras leyendas de miedo. 2011, Graciela Repún.
Norma. Es una desopilante recopilación de todos los seres que están en el imaginario del miedo: fantasmas, hombres lobos, aparecidos, serpientes, vestidos hechos con telas de arañas, y otros símbolos del temor se hacen presentes en leyendas, algunos cuentos breves, muy bien escritos de diversos países y continentes. El título del libro que es el del último cuento no miente. La turbación está activa en todo momento.
Dos originalidades de diverso género para primeros lectores:
Tic Tac.2011, Jorge Luján e Isol. Comunicarte. Un pequeño libro álbum más que apetecible que intenta en cada página responder a esa pregunta que acuñamos de los hijos muy pequeños: ¿cuánto me quieres, mamita? Para saber cómo lo responden ambos, recomiendo este libro y para disfrutarlo.
No es lo mismo, 2011. Marie Odile Fordacq y Franck Girard. Ediciones Iamiqué. Serie descubridores. Una apuesta a conocer los opuestos a través de las fotografías. Invita a aprender nuevas palabras y sus significados asociados a las imágenes que se muestran.
Lecturas para recordar:
Turistas. 2008, Hebe Uhart, Adriana Hidalgo editora. El libro está armado en una serie de cuentos de sucesos cotidianos con distintos tonos y miradas que van sorprendiendo al lector cada vez que comienza un nuevo relato. Como dice en la contratapa Martín Kohan “ son cosas que a la autora le pasaron o contaron , sin requisitos de grandiosidad(…) la suya resulta una literatura de la experiencia, pero de una experiencia de baja intensidad, siempre módica”. Si bien Kohan sintetiza en qué consiste este libro de cuentos, Uhart como narradora es una exploradora del lenguaje con matices, para ella la experiencia de lo que escribe es múltiple y simple al mismo tiempo. Desde el primer cuento: Turistas y viajeros hasta El centro cultural, la extrañeza, ese espacio de observadora constante, vigila al turista que lee. El lenguaje es el protagonista, sin más para decir.
Nota al pie: felicito a los Destacados de Alija, a Laura Escudero y su premio en SM, a los ganadores de los premio Sigmar. Espero leerlos y comentarlos para socializar mi experiencia.
Estimada Graciela:
ResponderEliminarLa polémica enriquece. Creo que a los «libros para el mercado editorial literario infantil-juvenil» que crece a año a año en ventas, incluso frente a un retroceso de las ventas de libros para adultos, se seguirán sumando como bien señalas temas del momento, según la apertura político-ideológica e incluso económica de cada país. Me atrevería a decir, que lo que se ha hecho en España, produce desde hace tiempo modelos similares en Argentina y otros países de América.
Pienso que es difícil para una persona que escribe hacer su camino sin plegarse a modas o acabar convirtiéndose en un «profesional de obras por encargo» en las que se favorece una «escritura plana». Fíjate que no digo sencilla, porque la sencillez suele ser la mayoría de las veces producto de un largo trabajo.
Escribimos con lo que somos pero también con todo lo que hemos leído.
Personalmente no me sumo a esa manifestación en la que los participantes muestran pancartas del tipo: NO A LOS ADJETIVOS, NO A LAS METÁFORAS, NO A... ¿De dónde ha surgido este desinterés por los recursos literarios?
Lo que hace diferente a una obra es principalmente cómo está escrita, más que el tema del que trata.
Y son las palabras las que dan conocimiento del mundo.
Cuando yo iba al colegio, para las palabras que no entendíamos, teníamos el diccionario, y buscarlas era parte del placer de la lectura y proceso del mismo aprendizaje lector.
Y ya que estamos, diré también que me parece inadecuado que escritores actuales se sientan con el derecho de hacer continuaciones de obras que en esencia no les pertenecen, ni en su idea original ni en su estilo, como El Principito, o hagan continuaciones o variaciones de Peter Pan, y un largo etcétera.
Un abrazo.